¿Sabes cómo puedes ahorrar en la factura de la luz? ¡Descubre nuestros trucos!

Uno de los mayores gastos fijos que tenemos en nuestro hogar es la factura de la luz, por suerte existen trucos que nos permitirán un ahorro claro y grande. Por supuesto, también tenemos la opción de buscar compañías alternativas como HolaLuz que ajustan los costes energéticos a la vez que utilizan fuentes renovables. Pero, en ocasiones, este cambio de compañía no es posible, entonces ¿qué podemos hacer? Vamos a darte unos cuantos tips que tu bolsillo te agradecerá.

Ahorra en tu hogar cuidado el planeta

Discriminación horaria

La primera forma, y casi la más habitual, de ahorrar energía es tener una tarifa con discriminación horaria. Muchas compañías ofrecen descuentos en el coste por franjas horarias, siendo las más baratas las nocturnas. Si puedes programar tus electrodomésticos o si puedes conectar estos a una app, todo será más sencillo y no tendrás que levantarte a las 2 de la mañana a encender la lavadora. Pero aun así, tu bolsillo agradecerá ceñirte a estos horarios.

Contratar la potencia adecuada

Puede parecer de perogrullo, pero no lo es. Debes tener en cuenta las necesidades de tu hogar para contratar la potencia necesaria y no más, pero tampoco menos. De esta forma, podrás ajustar el gasto a tu realidad y no estarás pagando por una energía que no vas a usar. Pero no seas escaso, no sera lo mismo una familia de dos miembros que una de cinco con alguien enganchado a la videoconsola, por ejemplo, ya que el consumo se disparará y si contratas la mínima potencia, el extra de energía utilizada puede salirte muy cara.

Ojo con el standby de los electrodomésticos

En la actualidad, la mayoría de los electrodomésticos tienen la opción en «espera», esto significa que están casi apagados. Aparentemente, esto es un ahorro respecto a otros más antiguos, pero la realidad es que mientras están en standby continúan consumiendo energía y, por tanto, rascando tu bolsillo. Habrá algunos que no puedas desconectar, como el frigorífico, pero si te vas a ir una semana de casa ¿realmente necesitas que el wifi esté activo? Apagar la televisión cada noche también es una buena opción de ahorro. También es una buena opción no dejar cargando móviles y portátiles indefinidamente, de esta forma, ahorrarás energía y cuidarás la vida de sus baterías.

Comprobar la instalación eléctrica

Comprobar la instalación eléctrica de tu hogar es algo que debes hacer por dos motivos: el primero seguridad, ya que cualquier chispazo puede conllevar que tu casa salga ardiendo y provocar daños materiales y personales. El segundo, una instalación defectuosa puede provocar perdidas innecesarias de energía y, por tanto, un mayor coste en tu factura. Revisar y adapta la red debería hacerse de forma rutinaria.

Comprobar la eficiencia energética de los nuevos electrodomésticos

En la actualidad, todos los electrodomésticos muestran una categoría energética que te ayudara a elegir aquellos más ahorradores con tu bolsillo a largo plazo. Es cierto que la inversión inicial puede ser más cara, pero el resultado a largo plazo para tu cuenta corriente y para el planeta bien merece el esfuerzo.

Bombillas Led

Las bombillas led tienen un ahorro energético notable, además de dar mayor potencia de luz y ofrecer opciones (en los led inteligentes) de vincularlos a apps favoreciendo crear un programa de encendido y apagado. De esa forma, además de ahorrar y poder apagar la luz de la escalera desde cualquier lugar de mundo, también podrás dar sensación de que la casa está ocupada, evitando que posibles cacos encuentren en tu hogar un bonito lugar para colarse.

Diseño e interiorismo de tu hogar

¿Sabes que una casa bien orientada es capaz de ahorrar energía? Si eres un lector empedernido y sitúas tu butaca junto a una ventana no necesitarás luz artificial. Si vives en una zona dónde da mucho el sol, pinta tu casa de blanco y conseguirás que se refleje la luz manteniendote aislado del calor. Con el interior ocurre lo mismo: colores cálidos en zonas calurosas y fríos en zonas frías, uso de azulejos para refrescar el ambiente, patios, ventanas y persianas y hasta los materiales de los muebles harán que tu vivienda requiera más o menos energía para calentarla y enfriarla.

Calefacción y aire acondicionado

Uno de los mayores gastos de nuestra vivienda es el aire acondicionado y la calefacción. Existen multitud de opciones para conseguir abaratar costes en estos aspectos. Por ejemplo, puedes usar el termostato Nest de Google que te ayudará programar la climatización de tu hogar aprendiendo cuales son sus necesidades para tener una temperatura estable al menor coste posible. Pero, si buscas formas más baratas, también tendrás opciones. Por ejemplo, llegado el invierno puedes probar a cambiar tu sistema de radiadores de aceite por paneles radiantes y tu bolsillo te lo agradecerá enormemente.

Independientemente de la tarifa eléctrica, sistema de calefacción o del precio del kw/h en ese preciso momento, hay una serie de cosas muy sencillas que nos van a permitir ahorrar energía aprovechándonos de la física más elemental.

No lo enciendas o hazlo en modo eco

Hay una máxima en el ahorro energético que reza “si no lo usas, apágalo”. Esto es aplicable a todo tipo de dispositivos que consuman electricidad, pero también a radiadores en habitaciones que normalmente no les das uso o que no es necesario que mantengan una temperatura confort todo el invierno. Si tienes posibilidad de cerrar la puerta de un dormitorio esos 15 días que tu hija está estudiando fuera de casa y apagar su radiador, hazlo.

En segundo lugar, hay muchísimos electrodomésticos que tienen funciones “eco”. A veces esos programas de lavadora o lavavajillas simplemente tardan un poco más que los programas normales pero tienen un resultado prácticamente idéntico ahorrando hasta un 30 o 40% de energía eléctrica respecto a los programas convencionales. En otros casos donde hay una mejora sustancial de tecnología incluso se ahorran las dos cosas, tiempo y energía. Ocurre esto con las vitrocerámicas de inducción frente a las convencionales o con las calderas de condensación, que tienen un rendimiento un 15% o 20% superior además de contaminar mucho menos.

Muchos frigoríficos o congeladores también tienen este tipo de programas, pero ¿cómo es posible ahorrar energía consiguiendo los mismos resultados? Aquí es donde entra en acción el término potencia. Todo el mundo sabe que ir en coche a 90 ó 100 km/h consume entre un 20% y 30% menos que hacerlo a 120 km/h, llegando en ambas velocidades al mismo sitio. Ahorramos energía a cambio de invertir más tiempo. En el caso de que tengamos que ir de Barcelona a Madrid en coche, quizá el tiempo al volante es un factor a tener en cuenta, pero a la hora de poner una lavadora o un lavavajillas quizá lo es menos.

Este concepto de invertir más tiempo también lo podemos aprovechar a nuestro favor al cocinar; por ejemplo si queremos llevar a temperatura de ebullición 2 litros de agua en una perola y no tenemos prisa, es preferible hacerlo a una temperatura medio alta que poner la vitro a tope. Vas a alcanzar los 100º necesarios para echar los macarrones igualmente. Invirtiendo unos pocos minutos más, habrás ahorrado unos valiosos céntimos de energía. En el caso de la cocina, existe otra opción de ahorro extra que pasa por usar una olla express. Ahí la temperatura de cocción puede aumentar hasta los 120º ó 130º reduciendo considerablemente el tiempo necesario y ahorrando en el cómputo total de la operación.

Se puede ahorrar mucho también ajustando simplemente la temperatura de la caldera de la calefacción a la que ofrezca un rendimiento óptimo. Según tu instalación y tipo de caldera estará entre unos 50º o 70º, casi nunca más de 70º. Volvemos al mismo principio, ¿tienes prisa por calentar tu casa? Tendrás que poner la caldera a máxima potencia, ¿tienes tiempo? Caliéntala con la caldera a una temperatura más baja, llegarás a los mismos 21º de confort aunque tarde un poco más ahorrando en el proceso. Es preferible tener la caldera más horas en funcionamiento a una temperatura más baja, que menos horas a una temperatura más alta. Lo importante es los 21º del termostato. Los 21º es el destino Madrid saliendo de Barcelona y la temperatura de la caldera es la velocidad a la que queremos llegar, en función de ello nos costará más o menos.

No derroches

A veces incluso teniendo en cuenta todo lo anterior, cometemos pequeños errores que nos hacen derrochar energía. Uno de los más comunes pasa por ventilar la casa “más de la cuenta”. Si lo que queremos es simplemente renovar el aire del interior, basta con mantener las ventanas abiertas unos pocos minutos. Por supuesto, antes de encender cualquier sistema de climatización como calefacción, aire acondicionado, etc. En general, si estamos invirtiendo energía en climatizar la vivienda, la deberíamos tener completamente aislada reduciendo lo máximo posible el tiempo de apertura de puertas exteriores para entrar o salir de la vivienda.

Otro error muy típico pasa por no tener en cuenta la temperatura exterior a la hora de abrir o cerrar ventanas o incluso persianas. Aquí la recomendación es sencilla, si fuera hace más calor del que queremos dentro, puertas y ventanas absolutamente cerradas a cal y canto. En verano “no entra airecillo” si abrimos las ventanas. Es posible que la sensación de que “corre el aire” nos de en una primera instancia una ligera sensación de alivio. Pero en realidad estamos calentando la vivienda. En verano la situación suele invertirse por la noche, fuera hace más fresquito del que hace en casa después de todo el día pegando el sol. Es entonces cuando debemos abrir todas las ventanas de la casa hasta que comiencen a pegar los primeros rayos de sol, cuando debemos volver a cerrar todo. Esos grados extra que se habrá enfriado el interior de la vivienda durante la noche, nos permitirán mantener el resto del día a una temperatura más baja con menor consumo. Tenemos que pensar que el interior de la casa, tanto paredes como muebles, etc actúan como acumuladores de calor.

Si tenemos varias formas de climatización, también pueden que varíe su rendimiento óptimo en función de la temperatura exterior. Por ejemplo, una bomba de calor probablemente sea una de las máquinas más eficientes que ha inventado el ser humano. Literalmente, incluso en invierno, extrae calor de la calle para introducirlo en nuestra vivienda. Sin embargo, únicamente es eficiente con temperaturas exteriores sobre cero. Quizá no es suficiente para mantener algunas viviendas a 21º, pero si tenemos bomba de calor y otro sistema de calefacción, lo ideal en algunas ocasiones puede que sea mantener ambas funcionando simultáneamente.

Otra forma de ahorro muy sencilla pasa por ajustar la temperatura del agua caliente. Normalmente tenemos el agua caliente de la caldera ajustada a una temperatura que hace necesario que al ducharnos, tengamos que regular la temperatura mezclado el agua caliente con agua fría. Pensemos detenidamente. Estamos consumiendo energía para calentar agua para luego enfriarla con agua fría, ¿no sería mejor no calentar el agua más de lo necesario y ajustar la temperatura de salida del agua caliente de tal manera que simplemente tengamos que poner el agua caliente “a tope” sin tener que mezclarla con fría?

Para terminar, simplemente quería dejar en manos del lector una par de tips mucho más frikis con el ánimo de que le deis un par de vueltas al coco porque veréis como se os ocurren infinidad de truquitos más que os harán sentir muy bien cuidando bolsillos y planeta. Por ejemplo, yo suelo sacar del envoltorio de cartón y separar los 8 yogures antes de meterlos al frigorífico, lo mismo con cualquier tipo de envase. De esta manera, el tiempo que tienes que tener abierto el frigorífico cada vez que quieres uno se reduce unos pocos segundos.

También en verano si estoy ante un frigorífico que está al aire libre o en una estancia muy calurosa, suelo poner un “acumulador” tanto en el frigo como en el congelador que impida la entrada de aire caliente. Un o dos garrafas de 5L de agua pueden conservar mucho mejor las frigorías interiores ante una eventual apertura continua de puertas para coger cervezas en una fiesta que si ese espacio se llenase de aire caliente del exterior cada vez que se abre la puerta.

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